La música, desde la antigüedad, tuvo su uso durante las ceremonias religiosas, se la utilizaba para realizar danzas de fertilidad, pedir lluvias, entre otras.
Debemos pensar a la música como transmisora de un código cultural, de un lenguaje y de sentimientos.
¿Quién podría estar en desacuerdo en que la música nos ha permitido recordar algunas vivencias pasadas (ya sea de pareja, familiares, etc)?
La musicoterapia es una forma de terapia alternativa y complementaria de las psicoterapias que utiliza el sonido, la música y el movimiento para elaborar o reelaborar vínculos relacionales, con el terapeuta o grupo de pacientes, con el objetivo de mejorar la calidad de vida.
Actualmente se utiliza la musicoterapia en el ámbito laboral, educativo, hospitalario y terapéutico.
La música nos permite la posibilidad de inducir estados de excitación o relajación, solamente por medio de los diferentes ritmos y melodías.
Está comprobada su eficacia a nivel subcortical. Pensemos que la música o el sonido es una perturbación o estímulo que entra a nuestro cuerpo por el oído externo, como un estímulo aéreo, al tocar la membrana timpánica se transforma en estímulo óseo (por la vibración de los huesecillos del oído medio), y luego al perturbar la membrana coclear se transforma en estímulo nervioso.
Realiza las diferentes sinapsis neuronales, siendo hasta este momento un estímulo subcortical (por debajo de la corteza).
Al llegar a la corteza cerebral el estímulo se transforma en cortical, no podemos olvidarnos que en la corteza cerebral se hallan las funciones superiores (lenguaje, memoria, atención, praxias y gnosias).
Luego de allí, recién el cerebro elabora una respuesta conciente para esta perturbación.
Por esto debemos pensar el uso de la musicoterapia como 2 alternativas diferentes en tanto que podemos interactuar con ella desde lo conciente o desde lo inconciente.
El oído es un órgano que se transforma durante el primer trimestre de vida intrauterina y biológicamente es el único sentido que no puede ser anulado, ya que si no queremos ver, con solo cerrar los ojos inhabilitamos el sentido de la vista.
Por esta razón la musicoterapia extiende su campo de aplicación a cualquier persona que presente patologías neurológicas, psiquiátricas, psicológicas, etc.
En los pacientes que no cuentan con la audición adecuada (hipoacusias severas) la expresión corporal puede ser un excelente recurso (lenguaje no verbal o paraverbal).
La utilización de la música es pensada para cada paciente en particular, o para un grupo en particular ya que la “identidad sonora” es muy importante de respetar.
La identidad sonora sería el conjunto de energías sonoras, acústicas y de movimiento que pertenecen a cada individuo y que lo caracterizan.