Fuente: British Medical Journal
-Pérdida de interés en los placeres de la vida.
-Pérdida del apetito.
-Disminución de la energía y de la motivación para realizar cualquier actividad.
-Dormir mas de lo acostumbrado.
-Dificultad para dormir o mantener el sueño.
-Llorar constantemente o estar triste.
-Sentimientos de culpa.
-Nerviosismo, irritabilidad o angustia.
-Subir y bajar de peso sin ninguna explicación.
-Sentir que la vida no tiene sentido.
- Preocupación ante la posibilidad de dañar al bebe.
Es importante tratarla con profesionales, porque puede durar hasta 7 meses (incluso mas) si no es controlada. A su vez, la calidad de vida personal, familiar, conyugal se deteriora significativamente. En ocasiones interfiere en forma severa con las habilidades de crianza del nuevo hijo y, ergo, también el vínculo materno-filial, importante en el desarrollo bio-psico-social del niño.